¡El seductor aroma del café y todo lo que nos hace sentir!

Sí, el sabor al café es MUY  importante.  ¿Pero alguna vez lo has tomado con la nariz tapada? Seguramente solo sentiste el sabor dulce o amargo -según tus preferencias, porque la experiencia verdadera se genera cuando interviene el olfato.  A diferencia de los cuatro sabores que distingue el gusto, el olfato es el sentido más potente que tenemos por la capacidad que tiene nuestra nariz de percibir cientos de aromas diferentes. Los olores pueden despertar sentimientos o recuerdos dormidos por el efecto que ejercen en nuestro cerebro. “El café justifica la existencia de la palabra aroma” dijo el autor británico Glen Duncan, y no podemos estar más de acuerdo. De hecho, el olor es un ítem crucial para los catadores profesionales a la hora de calificar la calidad de una infusión.
Ya seas un experto de café o un desentendido, es imposible no encantarse con su fragancia seductora, cuya química no es tan simple como parece. La cafeína no tiene olor y de hecho los granos de café verdes huelen casi a pasto. Su fragancia en realidad está “atrapada” dentro de la semilla y solo se libera durante el tueste. El aroma se genera como consecuencia del proceso de tostado, donde el calor o la agitación alteran la estructura química de los granos, extrayendo sus compuestos aromáticos. Se ha descubierto que tienen más de 900 compuestos, pero en términos de olor solo son efectivos los volátiles (se evaporan con temperatura y presión) que vendrían siendo alrededor de 30. Ellos son capaces de flotar desde la taza hasta cautivar nuestra nariz.

¿A qué huele el café?

Puede variar, ya que cada aroma tiene su propia molécula. Sin embargo, la mayoría huele ligeramente caramelizado o con toques de nuez. Los puedes encontrar también con toques frutales, achocolatados, florales e incluso sabor ahumado. Entonces al haber tantos aromas distintos, es lógico que cada uno despertará una sensación diferente. Unos pueden estimularte y darte energía, tal vez provocar positivismo o entregar una sensación de seguridad.
Entre más fresco y recién tostado sea tu café, mejor olor tendrá. Por eso es mejor comprarlo directamente en las cafeterías que tuesten los granos al instante, antes que adquirir los que reposan en los supermercados.  La próxima vez que te tomes un café, inspira profundamente tu taza e intenta captar los distintos matices que tiene y ver qué sensación te despierta. 

Dejar comentario

Debe ser aprobado antes de publicarse